AGOSTO 2016
“Bocetos de Carpani”, una exposición que rescata del olvido aquellos primeros esbozos de las grandes producciones artísticas de Ricardo Carpani. La muestra esta compuesta por diez grafitos sobre papel, entre los mismos se puede observar con detalle el tratamiento sobre la figura humana que el artista lleva a cabo. El titulo de la muestra tiene como fin rescatar el boceto como germen de la obra, como hallazgo, como núcleo duro, reivindicar su contradicción intrínseca, sus borramientos, tachaduras y modificaciones. La posibilidad de sumergirnos en la mente del artista y desandar su proceso creador.
Ricardo Carpani marcó el parangón del artista militante en los años 60 en la Argentina, su propia obra no puede ser analizada desligado de la implicancia política; su importancia como referente es ineludible para todo artista posterior que se autoinscriba en las filas del arte político.
Absolutamente contemporáneo, concibió América como una unidad por cuyas venas abiertas fluye sangre mestiza. Plásticamente se nutre de figuras como Guayasamin y Portinari mientras asume el legado que había dejado David Alfaro Siqueiros en su breve paso por Argentina, el arte como doctrina de masas.
Carpani transita en su juventud por el “Grupo Espártaco”, aunque decide alejarse del circuito artístico entendiendo que la lucha estaba en las calles y no en las galerías. Desde allí toda su producción se ve intrínsecamente influenciada por su militancia popular, en la CGT o dentro del peronismo, ya sea a través del mural en los buenos tiempos o en los medios gráficos cuando la calle dejo de ser un lugar seguro.
De una forma u otra Carpani empapa la ciudad de figuras iracundas y valientes. Sus imágenes de hombres macizos desbordan el lienzo, dejando ínfimo cualquier soporte, como si sus ideologías los engrandecieran. Los sujetos de Carpani -los anónimos como los reconocibles- no osan callar ante el atropello del poder al que se enfrentaron y nunca son victimas abatidas de la situación que apremio aquella década hostil. Pero también podemos reconocer un costado más intimista de su producción, en el cual representa figuras de amantes abrazados, los que en su ternura no dejan de ser bloques contundentes.
De este modo, a través de estos potentes trazos que se insinúan, no tímidamente, sino con la fuerza de su impronta militante, la exposición nos permite ahondar en aquellos espacios poco frecuentados por el público.